Caín mata a su hermano Abel.
Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín y a Abel. El mayor fue labrador de la tierra, mientras que el menor fue pastor de ovejas. Aconteció andado el tiempo que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Dios, y Abel trajo de los primogénitos de sus ovejas lo más gordo de ellas. Miró Dios con agrado a Abel y a su ofrenda, pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya.
Caín se ensañó en gran manera, decayó su semblante y dijo a su hermano Abel:
— Salgamos al campo.
Estando ellos en el campo, Caín mató a Abel.
— ¿Dónde está Abel, tu termano?
— No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?
— ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra. Ahora, pues, maldito seas tú de la tierra, que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano. Cuando labres la tierra, no te volverá a dar su fuerza. Errante y extranjero serás en ella.
— Grande es mi castigo para ser soportado. He aquí me echas hoy de la tierra, de tu presencia me esconderé y seré errante y extranjero. Sucederá que cualquiera que me hallare, me matará.
— Cualquiera que matare a Caín, siete veces será castigado.
Entonces Dios puso señal en Caín, para que no lo matase cualquiera que le hallara. Salió, pues, Caín de delante de Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario